la contabilidad en la edad media

A pesar de la caída del imperio romano, las prácticas contables se conservaron y lograron un notable proceso a lo largo de la edad media. La iglesia católica cada día tuvo más perseguidores, logro el mayor poder económico y político de la historia, lo cual le obligo a llevar cuentas muy detalladas de sus actividades económicas, operaciones que se manejaban en lo monasterios.

Aunque no existen testimonios del ejercicio contable en la época del feudalismo, el alto grado de desarrollo del comercio hace suponer la práctica usual de la contabilidad, la cual era exclusiva del señor feudal.

En el siglo VIII Europa fue invalidada por los Normandos, quienes también practicaban el comercio. Estos se establecieron en Sicilia después de asolar las costas de Inglaterra y Francia. De esta época se conserva una ordenanza de Carlo Magno, El Capitulare de Villis, mediante la cual se exigía a sus escribanos un inventario anual de las pertenencias del imperio y el registro en los libros de sus transacciones económicas en términos de ingresos y egresos. Las actividades contables se facilitaron considerablemente entre los siglos IX y VII con la aparición de una moneda común que tuvo aceptación internacional, el “Solidus”, emitida por Constantinopla.

En Italia, durante los siglos VII y VIII particularmente en Venecia, la actividad contable se convirtió en una profesión de mucho prestigio; allí se encontraban grupos de personas dedicadas a su práctica permanente.

Entre los siglos VIII y XII, en Europa central, por mandato de los señores feudales, los libros de contabilidad eran llevados por escribanos. Las ciudades de Venecia Génova y Florencia fueron durante esa época el epicentro del comercio, la industria y la banca constituyéndose en las pioneras de la contabilidad por partida doble, en esta época se han hallado varios testimonios de práctica contable desarrollada. En 11157 un genovés, Ansaldus Boilandus, reparte beneficios de una sociedad comercial con base en saldos de cuentas de ingresos y 

egresos; en 1211un comerciante florentino llevaba sus libros de contabilidad de forma tan acertada y peculiar que dio origen a la llamada escuela Florentina en 1263 en España el Rey Alfonso el Sabio impuso a los funcionarios públicos la obligación de llevar cuentas anualmente. De este periodo se conocen los libros de la compañía de los perruzzi (1282) y los de a casa de Bonsignare de siena (1290), en los cuales se registraban las operaciones de caja de cuentas corrientes.

En Francia los hermanos reinero y Baldo Find, hacia el año 1300 añade nuevas cuentas como gastos y ventas; pero más conocido conjunto de libros de la época fue sin duda el que se llevo en la comuna de Génova, donde se usaron los términos “debe” y “haber”, además de la cuenta de “perdidas y ganancias”, en la que se resumían las operaciones de la comuna

El mayor avance de la contabilidad en la edad media se dio con la aparición de los libros auxiliares, los cuales permitían a los comerciantes registrar sus cuentas por clientes. En 1400 surgió la idea de la contabilidad por partida doble, cuando se incluyeron las cuentas patrimoniales en los libros del mercado Florentino Francesco Datini. La mayoría de las grandes empresas de esa época llevaban sus libros con base en un sistema utilizado en los libros de Medici  de Florencia. En el museo de brujas se encuentran fragmentos de libros que usaron partida doble, pertenecientes al ingles  A.W. Gollard, que datan del año 1368. La contabilidad por esta época continua desarrollándose adaptándose a las nuevas exigencias económicas, lo que genero a la postre el establecimiento de escuelas en Génova Florencia y Venecia, siendo esta ultima la de mayor técnica y pionera de las prácticas contables actuales.